El alimento es esencial para la vida, pero también tiene vertientes psicológicas, es una manera de expresar emociones y carencias. Es decir, no comemos para alimentarnos sino para contrarrestar ciertas emociones: aburrimiento, tristeza, desmotivación, etc.
Causas y excusas:
Nos “alimentamos” guiados por nuestras emociones:
Comer de forma inconsciente; sin saber cantidad, ni qué comemos, solo lo hacemos porque tenemos un antojo de algo concreto y en el momento de ingerirlo, sentimos que no podemos parar y queremos más, aún entre horas; este tipo de sensaciones responde a la ansiedad y es ahí donde debes preguntarte que necesidad está cubriendo la comida que has consumido de manera compulsiva.
Comer por aburrimiento: a veces no tenemos nada que hacer, entonces recurrimos a la comida. En general los alimentos que elegimos contienen grasa y azúcar; nutrientes que liberan ciertos neurotransmisores que nos provocan placer, empujándonos a comer más de la cuenta
Comer en piloto automático: si no llevamos una vida físicamente saludable y dormimos poco, estamos permanentemente cansados, no tenemos horarios de comida regulares, nos llevará indefectiblemente a tener una mala alimentación, y por lo tanto no reaccionaremos ante la saciedad sino que comeremos en forma automática, y mayor cantidad.
Comer por descontento:
Estar descontento con nuestro cuerpo es uno de los principales factores de alimentación emocional, pudiendo provocar un trastorno alimenticio.
Muchas personas creen que dejarán de “odiar” su cuerpo cuando consigan adelgazar, pero la realidad es que para tener una alimentación saludable y lograr el objetivo, debemos primero que nada aceptar nuestro cuerpo antes de intentar comenzar un plan alimentario, ya que lo más probable es que fracasemos antes de empezar con el mismo.
¿Cómo solucionarlo?
- Evitar el cansancio: el descanso es imprescindible
- Ordenar los horarios de las comidas: organizarse y evitar las excusas como “no tengo tiempo”
- Desayunar todos los días en casa, antes de salir a realizar las actividades diarias
- Realizar ejercicio físico y/o caminar
- Evitar sentimientos negativos, el primer paso es aceptar nuestro cuerpo como es. Si crees que tu alimentación emocional está causada por este punto lo mejor es, si no puedes solucionarlo sola, acudir a ayuda profesional, antes de comenzar una plan alimentario.
Priorizar tu salud es fundamental para una vida saludable.
¡El momento es ahora!