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Durante décadas, todas las niñas soñaron con ser Cenicienta, Blancanieves o la encantadora Bella Durmiente. Las más jóvenes, alguna vez jugaron con ser la pintoresca sirena Ariel o una aguerrida Pocahontas. Lo cierto es que las princesas, en todo su amplio mundo y complejidad, por siempre se robaron la atención del mundo entero. Su esencia delicada, romántica y sensible esconde la pureza de niña que, aunque este lejos de esos años de infancia, toda mujer conserva en su interior.
Pero como todo en este mundo, las cosas cambian.
“Las malas son glamorosas”. Sin dudarlo, la frase más acertada. Es que las villanas de las historias siempre conservan un halo de misterio, seducción, independencia, poder, fortaleza, resentimiento y ese toque de maquinación constante que hacen magnética su presencia.
Angelina Jolie es, por demás sabido, una de las actrices de mayor prestigio, trayectoria y destrezas actorales de los últimos tiempos en la industria del cine, pero que además irradia una elegancia y una belleza que escapan a los estándares predefinidos.
Sumado el glamour propio de las villanas de cuento con la imagen cautivante de Angelina, nace un personaje que, con derecho, pasará a formar parte de las figuras memorables del cine mundial: Maléfica.
El personaje apareció por primera vez en el clásico animado de Disney de 1959. Maléfica es una criatura que no nació malvada. Era un espíritu fuerte, alguien sólido que quería defender su tierra, pero que en un momento dado es brutalmente maltratada, atravesando terribles situaciones y creciendo con esa oscuridad en su interior.
En la adaptación al cine de esta historia, el vestuario de la película fue obra de Anna Sheppard y lucido con absoluto estilo y elegancia por una «malísima» Angelina Jolie que seduce y aterra en cuotas iguales.
En palabras de la propia diseñadora “Mi primera impresión fue que tendría que basar mis trajes en una época histórica particular. Pero no tardé en comprender que tenía que desterrar esa idea y dar rienda suelta a mi imaginación para reflejar la visión de Robert, porque él tiene un sentido visual increíble y sabe describir muy bien las cosas. Así que comprendí que tenía que cruzar la línea e internarme en un mundo de hadas”
2.000 trajes realizados a mano. Esa es la cantidad de piezas que constituye el vasto guardarropa de esta mega producción, creado de forma artística por Sheppard y su equipo.
Angelina, para dar vida a esta malvada con estilo, luce piezas realizadas en cuero y piel, creadas a partir de una evolución conceptual que mezcla colores musgos y grisaceos, sobre textiles pesados y de gran presencia. En cuanto al calzado, Rob Goodwin fue el encargado de crear piezas accesorias y calzados, para acompañar el particular vestuario de la excéntrica malvada.
Rick Baker fue el responsable de perfilar con su maquillaje – y prótesis – las facciones de Angelina, invirtiendo más de 4 horas diarias para dar vida al personaje principal de la historia.
Pero esto no termina allí, pues Angelina deslumbró en el estreno de la película hace tan solo unas semanas en Londres, confiando en Versace para esa tarea. En blanco y en negro, las dos opciones creadas especialmente a su medida fueron las armas con las que la actriz brilló en la alfombra azul de la gira promocional de la película. Los zapatos, creaciones especiales para Angelina, hacían gala de un taco que simula la aguja con que la princesa Aurora se lastima en la historia.
Bye bye princesas. Las niñas ahora quieren ser malas…y glamorosas.
Germán M. Biscardi